Crónica de una graduación vista a la distancia


Era totalmente previsible.

Si es difícil que se pongan de acuerdo 5 personas en un grupo de whatsapp, imaginaros los padres de 75 alumnos para la fiesta de graduación.

O para lo que tercie, siempre hay alguien que opina diferente al resto.

Para ser justa tengo que decir que en un principio la culpa no fue de los padres
sino de los profesores que "muy alegremente" decidieron  celebrar el acontecimiento en un teatro recién reformado pero con la climatización averiada...Un 23 de Junio...en el Sur.

Una fuente anónima informó que todo podría haber sido distinto. 

Que se ofreció un Auditorio al aire libre para la ocasión y que el colegio rechazó vaya a saber uno por qué. 

Aunque unas semanas antes del evento y viendo que los padres entraban en cólera intentaron reservar el sitio que, por supuesto, en época de feria estaba ya no tenía fechas libres.

Vale. Hasta aquí lo que puede ser culpa del centro, los profesores y la organización de la Graduación.

Ahora vamos a la segunda parte...¡Los padres!

Un teatro.
200 asientos.
75 reservados a alumnos.
2 invitaciones por familia.
Prohibido pasar el aforo por seguridad.

O las mates se me dan muy mal o las cuentas no salen.

¿Y qué hacen los padres con toda esta información? Liarla parda en los grupos de whatsapp.

Sí, vale, que yo la he liado también. Y es que no me parecía normal que a una cita tan importante no pudieran acudir hermanos, abuelos y personas cercanas al niño que se graduaba. Pero viendo que otra solución no había opté por calmarme y pensar sólo en que mi hijo tuviese un gran día.

"Yo llevo a todos mis hijos porque no se van a perder la graduación del hermano"
 "Si no dejan entrar a la hermana me la siento encima" (Un cuerpecito de10 años encima de su madre y si el de atrás no ve que se fastidie") 
"La abuela va pase lo que pase"

Frases que se repetían en los grupos cuando llegaron a cada casa las temidas dos invitaciones.

Visto lo visto el día del acontecimiento, por la mañana acudí al teatro en cuestión donde ensayaban profesores y alumnos para aclarar la situación y avisarles que como estaba la cuestión bastante calentita podía ser que la cosa se les fuera de las manos.

Me fuí tranquila de allí porque me dijeron que no permitirían entrar a nadie sin invitación, que los únicos que podían sentarse encima de sus padres eran los bebés y que se ocuparían de que todo estuviese en orden. Todo esto lo comuniqué al grupo de whatsapp correspondiente.

Llegó el momento. 

Sudando a mares porque a las cuatro de la tarde no se está precisamente fresco llegamos al teatro donde había ya unas 10 personas.

Mi marido cedió su lugar a Álvaro para que viese a su hermano graduarse y llevamos a las gemelas ya que nos confirmaron que podíamos sentarlas con nosotros.

Decidí quedarme a un lado para no molestar (las mamás de gemelos me entendéis) y cual es mi sorpresa que cuando me toca entrar ya no había asientos.

¡Sorpresa!

Se veía venir, pero la falta de asientos no obedecía a las mates que os conté más arriba (porque al final algunos decidieron no ir) sino a que algunas familias con muy poco corazón y muy mala leche llevaron a la fiesta a quien les dió la gana ocupando más asientos de los asignados.

  • El listo que se puso en la puerta a ayudar con los tickets de entrada metió a su esposa y sus dos hijos (total 4 asientos) y cuando una madre que estaba al lado le dijo que podía levantar a sus hijos para que se sentaran los adultos que estaban de pie le dijo que de eso nada porque tenían todos entrada. Y ojo que su mujer es una de las que siempre va de íntegra, fabulosa y que no rompe un plato.
  • La familia que fotocopió a color las entradas e hizo su aparición por separado para no levantar sospechas.
  • La que se hace la tonta y como le gusta organizar y estar en todos los fregaos consiguió asiento para ella, el marido, la hija, la hermana y la madre ¡Toma ya!
Y así unos cuantos etcéteras de gente con muy poca educación.

Por cierto...¿Sabéis desde donde ví la Graduación yo? 

Desde la puerta del teatro, por fuera.



¿Por qué? Porque me prohibieron entrar el carro gemelar(Que os juro que en un rincón no estorbaba el paso para nada) y dos horas de pie con las niñas en brazos me parecía Misión imposible.

Al escuchar mi conversación con un profesor se acercó un Sr. muy amable y una mamá de la clase de Ale se ofrecieron a dejarme su sitio, cosa que agradecí y rechacé por no dejar fuera a Álvaro y una de las niñas.

No todo fue malo porque otra madre de nuestra clase se quedó con nosotros y al menos nos reímos un poco (por no llorar) 

Mi conclusión de la historia es que no estamos dando un buen ejemplo a nuestros hijos.

En mi caso me callé por respeto a mi hijo. Porque sinceramente me daban ganas de entrar ahí y empezar a sacar gente de los brazos y a los gritos.

Pero no entiendo como se puede ser tan egoísta y no ver que estábamos ahí todos por lo mismo.


Por lo pronto que se preparen en el colegio la próxima semana para oir todo lo que no dije el día de la graduación ya que al final ellos eran los responsables de que todo se hiciera SIGUIENDO LAS NORMAS.

Al final mi hijo vivió su graduación con sus amigos y felíz y eso es con lo que me quedo, pero como el próximo curso me toca repetir experiencia voy a procurar que no sea desde fuera.

Comentarios

  1. Que vergüenza! Me parece indignante que la Madre de un alumno, es decir TÚ , viese la graduación apartada y fuera.
    Me da rabia el egoísmo de la gente porque se suponen que son un ejemplo para sus hijos... así que miedo me dan determinadas generaciones futuras.
    Entiendo tu cabreo, hiciste bien por tu hijo, que es lo primero.
    Parece mentira que haya padres tan egoístas, maleducados, sinverguenza y jetas. Animo y piensa que lo importante es que tu hijo estuvo feliz.

    Besos!!!

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